Los niños actúan sin la mente. A diario se sorprenden de la vida, ante las situaciones, de lo que ven, descubren, sienten. Pero a medida que van creciendo se van contaminando, aprenden conceptos, estructuras sociales, comportamientos aceptados y no aceptados, el debe y el no debe ser, lo bueno y lo malo. Pero mucho de todas esas palabras y aplicaciones la aprenden a través de las palabras de los mayores, con acciones, ejemplos, comportamientos. Y se van perdiendo entre lo que siente su alma, su corazón y lo que les dice su mente. Ahí es donde empieza la ruptura entre el ser y el soy.
Claro que un pasado nos puede ayudar a no repetir errores. Pero en muy pocas y contadas oportunidades aprovechamos la verdadera experiencia del pasado. Las experiencias vividas debemos tomarlas de base para ser creativos en nuestro día de hoy.
Por ejemplo, muchos niños se queman las manos al ponerlas encima de una estufa caliente. Algunos recuerdan con mayor intensidad ese episodio, y es probable que lo asocien con mucha facilidad a las palabras o las emocion3es sentidas por alguna reprimenda o atención especifica de un ser querido o un adulto que se encontrara a su lado en ese momento. Y tal vez más nunca vuelva a apoyar su manito en esa superficie. Pero también hay el niño que repetidamente la coloca, y repetidamente se quema.
Y podremos encontrar tantas “explicaciones para ese actuar, puede ser que se olvidara del pasado, puede ser que quiera llamar la atención, o que tal vez le encanta la sensación y el ardor.
El punto al que quiero llegar es que de niños no medimos las consecuencias, simplemente actuamos, claro que muchas veces sufrimos heridas, y tantas otras no solo físicas sino también emocionales. Pero eso no nos detiene. Pero a medida que crecemos llegan a sembrarnos a algunos de nosotros un sentido de no pertenencia, un sentimiento de rechazo, de no aprobación por las cosas que hacemos, decimos ó pensamos. Y eso nos desconecta del medio ambiente donde nos desenvolvemos, ocasionando en algunos casos el aislamiento total, en otros el cambio de nuestros patrones de comportamiento según las necesidades o exigencias de los mayores.
De adultos, y cuando digo adultos es simplemente por la edad que tiene el cuerpo o el documento de identidad, por que este no siempre acompaña a las emociones o al sentimiento. Podemos ser adultos en físico, mas unos infantes emocionales. Un maestro me enseño que la edad cronológica es muy difícil encontrarla en los seres humanos, que el si cree que exista, pero que solo la encontraba con casi toda seguridad en cualquier materia de este planeta como los animales, las plantas, las piedras, por que a su parecer en los seres humanos había una gran edad crono Ilógica. Por que encontramos un cuerpo con una edad, un espíritu con otra y unas emociones distintas a las anteriores.
De adultos muchas veces entramos en estados emocionales sorprendentemente desesperantes. Por que sentimos un gran vació dentro de nosotros que tratamos de llenar con muchas cosas, y en su totalidad cosas externas, objetos, sustancias, situaciones, tratando de callar la mente. Y en parte ahí es donde radica el problema, por que la mente solo nos da palabras para tratar de expresar lo que sentimos ó no sentimos. No aprendimos en algunos casos a llamar nuestras emociones por su verdadero nombre, a veces no conocemos los significados de las palabras, dándole así un mal uso o mala interpretación a lo que tratamos de expresar. Este gran vació, inconformidad, sensación de malestar, lo empezamos a llenar con segundos de supuesta felicidad, ya sea a través del consumo de alimentos en exceso, sustancias licitas o no, emociones fuertes, llenarse de objetos, compras compulsivas, o cualquier cosa que pueda acallar ese dialogo interno que nos incomoda y que nos dice, nos grita, nos atormenta diciéndonos que algo no esta bien. Esa vocecita es el Almá, el ser. Y con esto no digo que esta mal beber, comer, comprar, trabajar o buscar emociones fuertes, nada de eso, lo que trato es de resaltar algunas situaciones, por que definitivamente creo que deben y hay seres humanos que si vinieron a este mundo a hacer esas cosas. Otros vinieron a otras.
Como no existe nada bueno o nada malo, es esa voz interna la que nos va a dirigir en nuestro camino, cuando hacemos algo que en nuestro interior no se sintió tan bien, no nos agrado o lleno en su totalidad, sino que mas bien nos deja un sabor amargo, o hasta un dolor en el alma, es ahí donde debemos revisar nuestras acciones, es ahí donde nuestro ser interno, nuestro niño, nuestra alma nos dice que no debería ser ese el camino que cambiemos la dirección.
Mucho de ese sentimiento se debe a nuestras experiencias propias, no las aprendidas, más bien las vividas, que de algún modo nos mantienen atados entre el futuro y el pasado. Nos aleja del aquí y el ahora. Mantenemos la mente en el pasado recordando algo agradable, o peor aún recordando algún hecho doloroso, y la mente en el futuro esperando los momentos indicados para hacer o llegar a cabo alguna acción.
Muchas situaciones vividas en el pasado no nos permiten disfrutar del presente. Y la mayoría de las personas creen que son solo los errores del pasado, o las heridas, pues no, las buenas experiencias también nos pueden atar y no permitirnos disfrutar del presente. Pondré un ejemplo, si en el pasado vivimos una relación de pareja, o alguna situación con los seres queridos que nos lleno de regocijo, puede ser el ver a orilla de la playa un precioso atardecer, y hoy nos encontramos en similitud de situación pero las personas que nos acompañan no son las mismas, y aun así esperamos que la sensación que podamos experimentar sea igual a la primera, nos perderemos de la belleza que este atardecer nos brindara el día de hoy.
Por que nuestra mente se fue al pasado y se quedo anhelando repetir una experiencia que no se va a volver a repetir. Uno de los mayores obstáculos es que nada se repite. Lo único que repetimos una y otra vez es lo que guardamos en nuestra mente.
La vida es cambiante, nunca ninguna situación será igual a la anterior. Debemos romper los puentes mentales que nos atan al pasado y empezar a vivir el día de hoy. Descubrir a diario la belleza de la vida. Descubrir a diario la sensación de vivir, de respirar, olvidar todos los recuerdos, todos los conceptos y disfrutar ese beso que te da la pareja, la persona amada, como si fuera la primera vez.
Te has dado de cuenta que cuando comienzas una actividad que nueva o desconocida en tu vida empiezas con un animo enorme y sorprendente, una vitalidad embriagadora. Una emoción que desarrolla nuestra creatividad. Y en la creatividad hay vida.
Todo cumple un ciclo, y dentro de esos ciclos hay más ciclos, uno dentro de otro. Nunca te acostumbres a ninguno, por que todo cambiara. Cuando te sientas seguro en algo, sucederá. Sucederá que algún agente externo llegara y derrumbara tu seguridad. Puedes tener 30 ó 40 años con la misma mujer, y tal vez en ese momento que te sientes plenamente seguro por que ella seguirá ahí, de seguro ella se ira. Y para irse no es necesario abandonar con el cuerpo el sitio donde nos encontramos.
Así que además de poder disfrutar cada día como lo único que tenemos además nos ayudara a no aferrarnos a lo que tenemos, o creemos tener, nos ayudara a entender y sentir que en cualquier momento todo puede y de seguro cambiara.
Las personas mueren, todo ser vivo muere. Mis necesidades de hoy no serán las de mañana. Las mayores realidades de esta vida son las que mas cuestan aceptar. Por que tenemos muchos factores que nos hacen creer que somos únicos, y si lo somos, pero también formamos parte de un complejo, de una totalidad.
Cuando nos hacemos conscientes de que un pequeño cambio puede modificar toda la existencia, empezamos a valorar y saborear las cosas mejor. Cuando aprendo que la mujer que hoy esta a mi lado, en segundos la puedo perder, empiezo a disfrutar de ella, de su totalidad. De cada una de sus acciones agradables o no. De cada una de sus ideas, sus expresiones, sus sentimientos y pensamientos.
¿Sabias que un poco mas de oxigeno, o un poco menos, y nos podemos morir? Podemos perder algunas funciones corporales a las cuales estamos acostumbrados y que de seguro ni siquiera estamos conscientes de que existen o de cómo actúan. ¿Sabias que un poco mas de azúcar en la sangre, o un poco menos puede tener el mismo resultado? Entonces. Siendo tan frágiles, ¿Por que nos creemos todopoderosos? ¿Por qué no disfrutar este momento, sea de alegría, sea de angustia o dolor?
Atrevámonos a experimentar, a probar, a cambiar, a disfrutar. ¿Qué es lo peor que pueda sucederte si decides vivir tu vida hoy?
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