viernes, 25 de abril de 2008

Derrumbando puentes...

Los niños actúan sin la mente. A diario se sorprenden de la vida, ante las situaciones, de lo que ven, descubren, sienten. Pero a medida que van creciendo se van contaminando, aprenden conceptos, estructuras sociales, comportamientos aceptados y no aceptados, el debe y el no debe ser, lo bueno y lo malo. Pero mucho de todas esas palabras y aplicaciones la aprenden a través de las palabras de los mayores, con acciones, ejemplos, comportamientos. Y se van perdiendo entre lo que siente su alma, su corazón y lo que les dice su mente. Ahí es donde empieza la ruptura entre el ser y el soy.

Claro que un pasado nos puede ayudar a no repetir errores. Pero en muy pocas y contadas oportunidades aprovechamos la verdadera experiencia del pasado. Las experiencias vividas debemos tomarlas de base para ser creativos en nuestro día de hoy.
Por ejemplo, muchos niños se queman las manos al ponerlas encima de una estufa caliente. Algunos recuerdan con mayor intensidad ese episodio, y es probable que lo asocien con mucha facilidad a las palabras o las emocion3es sentidas por alguna reprimenda o atención especifica de un ser querido o un adulto que se encontrara a su lado en ese momento. Y tal vez más nunca vuelva a apoyar su manito en esa superficie. Pero también hay el niño que repetidamente la coloca, y repetidamente se quema.

Y podremos encontrar tantas “explicaciones para ese actuar, puede ser que se olvidara del pasado, puede ser que quiera llamar la atención, o que tal vez le encanta la sensación y el ardor.

El punto al que quiero llegar es que de niños no medimos las consecuencias, simplemente actuamos, claro que muchas veces sufrimos heridas, y tantas otras no solo físicas sino también emocionales. Pero eso no nos detiene. Pero a medida que crecemos llegan a sembrarnos a algunos de nosotros un sentido de no pertenencia, un sentimiento de rechazo, de no aprobación por las cosas que hacemos, decimos ó pensamos. Y eso nos desconecta del medio ambiente donde nos desenvolvemos, ocasionando en algunos casos el aislamiento total, en otros el cambio de nuestros patrones de comportamiento según las necesidades o exigencias de los mayores.

De adultos, y cuando digo adultos es simplemente por la edad que tiene el cuerpo o el documento de identidad, por que este no siempre acompaña a las emociones o al sentimiento. Podemos ser adultos en físico, mas unos infantes emocionales. Un maestro me enseño que la edad cronológica es muy difícil encontrarla en los seres humanos, que el si cree que exista, pero que solo la encontraba con casi toda seguridad en cualquier materia de este planeta como los animales, las plantas, las piedras, por que a su parecer en los seres humanos había una gran edad crono Ilógica. Por que encontramos un cuerpo con una edad, un espíritu con otra y unas emociones distintas a las anteriores.

De adultos muchas veces entramos en estados emocionales sorprendentemente desesperantes. Por que sentimos un gran vació dentro de nosotros que tratamos de llenar con muchas cosas, y en su totalidad cosas externas, objetos, sustancias, situaciones, tratando de callar la mente. Y en parte ahí es donde radica el problema, por que la mente solo nos da palabras para tratar de expresar lo que sentimos ó no sentimos. No aprendimos en algunos casos a llamar nuestras emociones por su verdadero nombre, a veces no conocemos los significados de las palabras, dándole así un mal uso o mala interpretación a lo que tratamos de expresar. Este gran vació, inconformidad, sensación de malestar, lo empezamos a llenar con segundos de supuesta felicidad, ya sea a través del consumo de alimentos en exceso, sustancias licitas o no, emociones fuertes, llenarse de objetos, compras compulsivas, o cualquier cosa que pueda acallar ese dialogo interno que nos incomoda y que nos dice, nos grita, nos atormenta diciéndonos que algo no esta bien. Esa vocecita es el Almá, el ser. Y con esto no digo que esta mal beber, comer, comprar, trabajar o buscar emociones fuertes, nada de eso, lo que trato es de resaltar algunas situaciones, por que definitivamente creo que deben y hay seres humanos que si vinieron a este mundo a hacer esas cosas. Otros vinieron a otras.

Como no existe nada bueno o nada malo, es esa voz interna la que nos va a dirigir en nuestro camino, cuando hacemos algo que en nuestro interior no se sintió tan bien, no nos agrado o lleno en su totalidad, sino que mas bien nos deja un sabor amargo, o hasta un dolor en el alma, es ahí donde debemos revisar nuestras acciones, es ahí donde nuestro ser interno, nuestro niño, nuestra alma nos dice que no debería ser ese el camino que cambiemos la dirección.

Mucho de ese sentimiento se debe a nuestras experiencias propias, no las aprendidas, más bien las vividas, que de algún modo nos mantienen atados entre el futuro y el pasado. Nos aleja del aquí y el ahora. Mantenemos la mente en el pasado recordando algo agradable, o peor aún recordando algún hecho doloroso, y la mente en el futuro esperando los momentos indicados para hacer o llegar a cabo alguna acción.

Muchas situaciones vividas en el pasado no nos permiten disfrutar del presente. Y la mayoría de las personas creen que son solo los errores del pasado, o las heridas, pues no, las buenas experiencias también nos pueden atar y no permitirnos disfrutar del presente. Pondré un ejemplo, si en el pasado vivimos una relación de pareja, o alguna situación con los seres queridos que nos lleno de regocijo, puede ser el ver a orilla de la playa un precioso atardecer, y hoy nos encontramos en similitud de situación pero las personas que nos acompañan no son las mismas, y aun así esperamos que la sensación que podamos experimentar sea igual a la primera, nos perderemos de la belleza que este atardecer nos brindara el día de hoy.

Por que nuestra mente se fue al pasado y se quedo anhelando repetir una experiencia que no se va a volver a repetir. Uno de los mayores obstáculos es que nada se repite. Lo único que repetimos una y otra vez es lo que guardamos en nuestra mente.

La vida es cambiante, nunca ninguna situación será igual a la anterior. Debemos romper los puentes mentales que nos atan al pasado y empezar a vivir el día de hoy. Descubrir a diario la belleza de la vida. Descubrir a diario la sensación de vivir, de respirar, olvidar todos los recuerdos, todos los conceptos y disfrutar ese beso que te da la pareja, la persona amada, como si fuera la primera vez.

Te has dado de cuenta que cuando comienzas una actividad que nueva o desconocida en tu vida empiezas con un animo enorme y sorprendente, una vitalidad embriagadora. Una emoción que desarrolla nuestra creatividad. Y en la creatividad hay vida.

Todo cumple un ciclo, y dentro de esos ciclos hay más ciclos, uno dentro de otro. Nunca te acostumbres a ninguno, por que todo cambiara. Cuando te sientas seguro en algo, sucederá. Sucederá que algún agente externo llegara y derrumbara tu seguridad. Puedes tener 30 ó 40 años con la misma mujer, y tal vez en ese momento que te sientes plenamente seguro por que ella seguirá ahí, de seguro ella se ira. Y para irse no es necesario abandonar con el cuerpo el sitio donde nos encontramos.

Así que además de poder disfrutar cada día como lo único que tenemos además nos ayudara a no aferrarnos a lo que tenemos, o creemos tener, nos ayudara a entender y sentir que en cualquier momento todo puede y de seguro cambiara.

Las personas mueren, todo ser vivo muere. Mis necesidades de hoy no serán las de mañana. Las mayores realidades de esta vida son las que mas cuestan aceptar. Por que tenemos muchos factores que nos hacen creer que somos únicos, y si lo somos, pero también formamos parte de un complejo, de una totalidad.

Cuando nos hacemos conscientes de que un pequeño cambio puede modificar toda la existencia, empezamos a valorar y saborear las cosas mejor. Cuando aprendo que la mujer que hoy esta a mi lado, en segundos la puedo perder, empiezo a disfrutar de ella, de su totalidad. De cada una de sus acciones agradables o no. De cada una de sus ideas, sus expresiones, sus sentimientos y pensamientos.

¿Sabias que un poco mas de oxigeno, o un poco menos, y nos podemos morir? Podemos perder algunas funciones corporales a las cuales estamos acostumbrados y que de seguro ni siquiera estamos conscientes de que existen o de cómo actúan. ¿Sabias que un poco mas de azúcar en la sangre, o un poco menos puede tener el mismo resultado? Entonces. Siendo tan frágiles, ¿Por que nos creemos todopoderosos? ¿Por qué no disfrutar este momento, sea de alegría, sea de angustia o dolor?

Atrevámonos a experimentar, a probar, a cambiar, a disfrutar. ¿Qué es lo peor que pueda sucederte si decides vivir tu vida hoy?

viernes, 22 de febrero de 2008

Conciencia

La Real Academia Española define conciencia como sigue (Del lat. Conscientĭa ).
1. f. Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta. 2. f. Conocimiento interior del bien y del mal. 3. f. Conocimiento reflexivo de las cosas. 4. f. Actividad mental a la que solo puede tener acceso el propio sujeto. 5. f. Psicol. Acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo.


Muchas veces los caminos que nos llevan a “tomar conciencia” son los caminos del dolor. Me atrevo a asegurar que casi nadie analiza sus emociones o sentimientos en estados de euforia, alegría, o tranquilidad. Son los estados anímicos como la desesperanza, el dolor, la angustia, el sufrimiento lo que nos coloca en una introspección propia de cada ser humano que nos hace llegar a los niveles de conciencia de nuestros actos, nuestras emociones y si llegamos a profundizar nos podemos hacer conscientes de nuestros pensamientos. Y tenemos la creencia y percepción que acto, sentimiento e ideas no están ligados. Creemos que son entes individuales que llevamos con nosotros. Ni nos damos cuenta que somos producto de lo que pensamos. Si me preguntan ¿las situaciones que vivimos nos pueden forjar determinada forma de pensar? Si. Pero nos quedamos en ese estado, llegamos a vivir basados en lo que aprendimos o vivimos en el pasado, comparándolo a cada instante con lo que estamos viviendo en el presente lo cual nos genera un estado de angustia dependiendo de las situaciones pasadas, fueron agradables o no.

Cuando atravesamos una situación de dolor o de desagrado, podemos acceder a nuestro Yo interno, que nada tiene que ver con el ego, y llegamos a encontrar cualidades o atributos que desconocíamos en nosotros mismos. Y dentro del estado de inconciencia llegamos a solucionar lo que podemos solucionar, y pasado el dolor se nos olvida que esa cualidad esta ahí. Situaciones en la vida que nos llevan (seguramente a la fuerza) a modificar patrones de comportamiento, de pensamiento, de valores, y sin darnos cuenta estamos modificando algo en nuestro carácter y nuestro pensamiento que modificara nuestra conducta.

Pondré un ejemplo. Si soy una persona con ciertos “valores” y lo coloque entre comillas, por que los valores morales son simplemente modificación culturales, normas pre establecidas de la sociedad donde nos desarrollamos que nos inculcan y enseñan que debemos ser de tal o cual manera, pero que nunca nos enseñaron en base a nuestra experiencia, sino en base a la experiencia de otro. En esta área busco moverme dentro de la amoralidad. Es diferente a moral o inmoral, es diferente a sin moral. Tengo mi propia moral. Así como hay bueno hay malo, con moral, sin moral. Yo busco mi centro.

Esta persona moralista y pendiente de hacer el bien, no por su forma intrínseca de ser, sino por que quieren que los vean como seres humanos “buenos”. Y en la sociedad en que vivimos desean que su hija ó hijas se casen antes de tener relaciones sexuales, y vivan con su esposo antes de quedar embarazadas. Imaginémonos que sucedería si su hija sale embarazada del novio. El padre entraría en un estado emocional de shock, donde su acto inmediato es probablemente de insultar a la hija y de etiquetarle según lo que el desea y lo que el siente. Y es muy probable que en el tiempo luego de su reacción inicial, se serene, llegando a apoyar a regaña dientes y contra su voluntad a su hija en ese proceso de vida.

Soy del pensamiento en el cual la vida te va enseñando el camino, y te da las situaciones vivénciales para lograr ser mejores personas y desarrollar la parte espiritual de cada uno de los seres humanos que aquí vivimos. La vida nos lleva y confronta con situaciones que nos ponen de frente con nuestros propios conceptos. Y cuando mas sufrimos ó decidimos sufrir, es con nuestros conceptos más caducos y arraigados que poseemos dentro de nosotros mismos. Esos que muchas veces nadie puede llegar a darte un concepto distinto por que es inaceptable. Y que la vida simplemente te va diciendo cambia ese pensamiento.

Cuando podemos darnos cuenta de lo que nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestros pensamientos están haciendo con nosotros, podemos decidir. Ahí radica el estado de la llamada conciencia. Estar alertas a nosotros mismos, acceder a ese código de información que tenemos intrínseco a cada ser humano, salir de mi mismo y ver lo que yo pienso y siento. Eso me acerca a la conciencia.

Pero me encuentro con muchas barreras, ya que no fui educado ni aprendí de esa forma. Aprendí a negar los sentimientos que no me agradan, las situaciones que me incomodan, aprendí que debo ser autosuficiente para todo. Y fueron las situaciones de vida que me llevaron de la mano del dolor, a empezar a revisarme, a dejar de ver hacia fuera y empezar a ver hacia adentro. En un principio solo podía ver, luego reconocer, hasta que tuve que buscar soluciones.

Ahí fue donde me empecé a percibir, empecé a tener conciencia de mí. Y una vez que accedes a esa información y estado no puedes salir. Y no se trata de querer Salir, es que en determinados momentos no queremos ser conscientes, queremos volver a nuestros estados enfermos de comportamientos y conductas que nos aportan cierta seguridad o nos suavizan la situación, por que buscamos lo conocido.
Ahí radica el libre albedrío, esa es la libertad del ser humano, ser conciente de si mismo, y decidir basado en su propia conciencia.

¿Estas conciente de tus temores?
¿Eres conciente de tus virtudes?
¿Eres conciente de todo tu cuerpo? ¿Qué sientes? ¿Qué piensas? ¿Cómo están los dedos de tus pies? ¿Sabes que zapatos llevas puestos? ¿Sabes que ropa interior te pusiste hoy?

Por ahí empieza la conciencia, cuando tienes toda tu atención en cada una de las cosas que haces. Cuando tus pensamientos y emociones están en lo que haces ahora. Te puedes perder a cada segundo, pero retoma tú ahora. Olvídate del ayer, no sueñes con el mañana. Se consciente de cada segundo, de cada hora, de lo que estas hacendó, de lo que tu cuerpo te esta diciendo. Tu cuerpo es mas conciente que tu. Escúchalo, atiéndelo. Es tu mejor aliado para saber que te ocurre ahora y aquí.

El Elefante En la Sala

Esta historia la escuche hace años. Y cada día se hace mas palpable que vivimos de esa forma.

Y es que como seres humanos que vivimos dentro de sociedades con condicionamientos y parámetros, muchas veces aprendemos a negar lo que sucede en nuestras vidas. Tenemos tendencia a pensar o creer que si algo esta mal y no lo vemos va a desaparecer o solucionar por si solo sin que tengamos que hacer nada. Y es aquí donde entra el famoso elefante. Tenemos problemas familiares o de cualquier índole y los negamos, no queremos hacerle frente, colocando de esa forma el problema que todos ven y conocen seguramente como un elefante de tamaño real en la sala de nuestras casas, y poco a poco este elefante va cambiando de color, de rosado a morado, (el problema va empeorando) llegando a ponerse rojo y como es normal creciendo, cada día mas grande. Y hacemos como que no esta, es mas nos sentamos en la sala y lo vemos pero actuamos como si no estuviera ahí. Si por casualidad nos llega una visita y comparte con nosotros, y se le ocurre hacer algún comentario o pregunta sobre el elefante, nos ofendemos, y llegamos a botar a ese amigo de la casa, le cerramos la puerta.

Ese elefante va crecer y crecer hasta que llegado el momento va a explotar y salpicar todo. así somos, no queremos ver el elefante, y si en un principio le damos la atención que merece, quizás no se va de la casa, pero por lo menos no va a crecer hasta llegar al punto de explotar. Pero tiendo a dejarlo ahí, o bien hasta que me canso de verlo, o bien hasta que explota. Debemos de sacarnos el velo que cubre nuestra visión y buscar las soluciones necesarias para enfrentar las situaciones que atravesamos. Es como estar enfermo, si nos duele buscamos soluciones inmediatamente, si nos molesta dejamos que siga su camino, si no lo sentimos físicamente hacemos que no existe.

Podemos sufrir de diabetes, neurosis, mala circulación, problemas en la sangre, y no los sentimos, pero ahí están. enfermedades silenciosas cuya manifestación muchas veces no es palpable o visible. y por que no las vemos ¿no existe? el aire no lo vemos, pero lo sentimos, sabemos cuando una brisa fresca nos toca la piel, ¿ te atrevías tú a negarlo? solo por que no lo ves.

Y no es dificil buscar ayuda, lo dificil es aceptar que no pudimos solucionarlo. Pero es que si admitimos que no podemos se soluciona muchas cosas, por que si somos conscientes de que no debemos saberlo todo, ni podemos hacerlo todo, la mitad de las situaciones que me aquejan de seguro desapareceran o se solucionaran siempre y cuando les aplique acción mas que negación.